Nulla aesthetica sine ethica. Nulla ethica sine aesthetica.
"Cuando desespero, recuerdo que, a lo largo de la historia, siempre han triunfado la verdad y el amor. Ha habido tiranos y asesinos que durante un momento pueden parecer invencibles, pero, al final, siempre caen. Tenedlo presente. Siempre." Mahatma Gandhi.
"Hay que luchar contra la desgracia con la misma rabia que ella hasta cansarla." Louis-Ferdinand Céline.
"Que tu fragilidad sea tu fuerza." Pina Bausch.
"Escribir un poema es reparar la herida fundamental, la desgarradura, porque todos estamos heridos." Alejandra Pizarnik

Monday 25 November 2013

Ciclo de cine "Anatomía de la normalidad" en la Casa Encendida. Cartografiando el Arte Contemporáneo.


Coloquio y proyección de la obra del cineasta Jorge Tur Moltó.
La Casa Encendida. Miércoles 20 de Noviembre de 20-22h.


El trabajo documental de Jorge Tur me resultó "extrañamente" familiar debido a mi experiencia en la clínica psiquiátrica donde estuvo ingresada Julieta el pasado otoño, y que integré en mi trabajo:
Y a mi experiencia como profesora de dibujo en la Fundación Síndrome de Down de Madrid como integrante del grupo de investigación "Dibujo mi espacio arquitectónico". 

Ambas experiencias fueron muy distintas entre sí. Los lugares, los individuos, incluso yo misma, eramos diferentes, pero el tiempo se encarga de que los grandes detalles desaparezcan y lo primero que sentí al ver la obra de Jorge, fue una mezcla de añoranza y de tremendas ganas por volver a trabajar en lugares dónde todo está por escuchar. En el caso de las clínicas psiquiátricas, los umbrales del cuerpo cuando éste, a primera vista, no aparece como cuerpo sano y adaptado (conductas adaptativas) a los cánones de normalidad de la sociedad contemporánea. 

Curiosamente, son cuerpos a los que no se les obliga a ser productivos, en ese sentido están exentos, (A ese nivel ¿Se escapan al dominio del poder? sin embargo se les interna en muchos casos se les encierra, se les restringen los movimientos más que a los presos de una cárcel). Cuerpos que todavía mantenemos en tinieblas (bajo llave) por miedo quizás, a reconocernos, a que las personas que por un tiempo limitado (no importa si dos meses o los años que dura una vida) se encuentran ingresadas, nos proyecten a nosotros. Hay espejos que nos asusta mirar. Es problema nuestro, no de "ellos".

Como comentábamos durante el coloquio, al ver las grabaciones de Jorge, el público se pone tenso, no sabe, duda de si le está permitido reírse o tiene que poner cara condescendiente. Nos comentaba Jorge, es sorprendente que antes de empezar a grabar en el psiquiátrico me planteé muchas cuestiones éticas, una vez empecé a compartir la experiencia con ellos, todas las dudas éticas se esfumaron, como si su presencia, la de "ellos", las evaporase y empezase a ser posible un "nosotros". 

En mi opinión, en cuanto nos acercamos nos reconocemos y el sentido del humor empieza a ser un espacio compartido. Una chica, preguntaba desde su butaca, Jorge, ¿te has plateado qué pasaría si mostrases tus documentales sin decir que sus protagonistas están internos en un psiquiátrico? Es verdad que Jorge, ya creía innecesario y pueril dar detalles sobre las enfermedad de cada individuo, pero ¿qué pasaría si fuésemos más radicales en ese sentido? ¿Si no desvelásemos que son internos? Si por omisión estuviésemos normalizando, impidiendo que el hecho de padecer una enfermedad psiquiátrica sea una condición que te meta en un colectivo de individuos que se encuentran detrás del tabú construido por los individuos que se auto-denominan "sanos".

Jorge Tur aprovechó las dos horas para enseñarnos pequeñas grabaciones, algunas eran todavía material en bruto y otras estaban editadas, lo que creo que nos permitió hacernos una idea más real de su experiencia como psicólogo y como documentalista en la clínica psiquiátrica. Empezó proyectando "Castillo", la historia entre un residente del psiquiátrico y su educador, empeñado en enseñarle a hacer un informativo de televisión.

¡Altamente recomendable!


Información sobre el Ciclo, publicada por la Casa Encendida:

“No puedo moverme sin él. No puedo dejarlo donde está. Puedo ir al fin del mundo, puedo esconderme bajo las sábanas, puedo hacerme tan pequeño como sea posible… Siempre estará ahí” (El cuerpo utópico, Michel Foucault)

Cuerpos y mentes extremos, enfermos o fuera de norma. El cuerpo como metáfora, contenedor, espejo o barrera. “Es el sitio absoluto, el pequeño fragmento de espacio donde estoy, literalmente, encarnado”, decía Michel Foucault. Sin lugar a dudas, el cuerpo se ha convertido en uno de los principales objetos de debates y tensiones del pensamiento contemporáneo. Así, y en paralelo a la exposición Mundo Extreme, organizada por la asociación Debajo del Sombrero, el ciclo “Anatomía de la normalidad” ofrece siete sesiones en las que creadores contemporáneos se enfrentan, crean, pelean o trabajan con su físico o el de personas cercanas a ellos. A través de películas en las que el Alzheimer, la menopausia o la esquizofrenia saltan al primer plano, siempre con respeto, siempre como campo de exploración y creatividad, el ciclo propone una reflexión sobre las fronteras entre cuerpos sanos y enfermos erigidas por los discursos oficiales y la normativa médica. En definitiva, una mirada sin prejuicios a uno de los últimos tabúes sociales, ampliamente extendido todavía: la enfermedad. De la mano de cineastas experimentales y documentalistas tan reputados como Alan Berliner o Yvonne Rainer, el programa incluye una muestra caleidoscópica de prácticas creativas que intentan generar una reflexión sobre las posibilidades de producción artística de los supuestos cuerpos “fuera de la norma”.




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