In process - unfinished

Pinto mi cuerpo directamente con pigmento blanco de Titanio, con polvo de ritual, el cuerpo cubierto de cenizas, mi piel blanquecina como lienzo y me camuflo sobre un fondo blanco. Blanco de sábana, blanco de hospital, blanco-luz que deslumbra y nos deja ciegos. Me fotografío, lo que me permite distanciarme de mi misma, de mi realidad. Mi cuerpo como lienzo se une con la pintura blanca sobre tabla. La pintura como cuerpo, como memoria en estratos, en capas. Un blanco sobre blanco (Malevich) que ya no es posible de forma pura. La carne y la memoria entran para quedarse. Es una serie de cinco instantes de una caída que acaba con un grito con dientes. La cámara es un punto de vista, un ojo fijo que registra mis movimientos, dispara indemne cada 3 segundos. Mi propio recorrido me recuerda al de Brus Günter por las calles de Viena (self painting-self mutilation) hace 52 años. Mi pintura es, como decía Pizarnik de sus poemas, el impulso de reparar la herida fundamental, la desgarradura, porque todos estamos heridos.